La enfermedad de las súcubos, una plaga maldita que se ha extendido por todo el continente.
A quienes poseen el poder sagrado para contenerla se les conoce como Monjas Exorcistas.
Aria, una novata que ha jurado cumplir con su misión, parte en peregrinación hacia el Gran Templo,
con el firme deseo de erradicar la enfermedad de una vez por todas.
¡Yo me convertiré en una Monja Exorcista y salvaré a todos del mal de las súcubos!
Aria porta la estigma sagrada, prueba de la bendición divina, y con el poder santo de su cuerpo, purifica y sana a los infectados transformados en monstruos. Aunque ese acto implique placer, aunque sus enormes pechos se agiten o sus caderas reboten con fuerza, aunque su rostro se derrita en éxtasis… todo forma parte de un tratamiento sagrado.
¡Ánimo, Aria! ¡Para erradicar esta enfermedad infernal, debes tener muchísimo muchísimo sexo… eh, digo, ¡tratamiento divino!
La estigma, símbolo de la bendición de Dios… Con este poder sagrado, salvaré a los infectados transformados en bestias.
Ah… aahhn… este acto sagrado (Sexo)… ¡por supuesto, hago esto únicamente para erradicar la enfermedad de las súcubos!